Como si fuera el protagonista del Mortal Kombat o cualquiera de esos juegos de lucha, que para pasar de nivel hay que enfrentar a un adversario que cobra peligrosidad a medida que se van pasando pantallas, la industria pesquera marplatense, la fresquera en particular, afronta problemas y desafíos en su lucha por mantenerse a flote.
Y los adversarios que no se superan, se congelan por un par de semanas como ocurrió con la nueva conciliación obligatoria que dictó el Ministerio de Trabajo en el conflicto con la delegación Rawson del SICONARA en la pelea por la liquidación de haberes de los oficiales de máquinas.
El plazo no servirá para que las cámaras armadoras firmen un acuerdo general como pretendía el sindicato. Al cierre de esta columna, desde la cartera laboral siquiera habían notificado a las partes de la fecha de la próxima reunión.
La conciliación se dictó para garantizar la paz social, según reza la disposición de la Dirección Nacional de Relaciones y Regulaciones del Ministerio. Y la integridad de Maldonado y sus compañeros patagónicos que negociaban contra reloj acuerdos individuales con los empresarios mientras coleccionaban cuestionamientos desde los muelles del puerto.
Las horas previas a la conciliación había generado mucha bronca acumulada de afiliados que perciben entre $220 mil y $270 mil pesos por mes, de acuerdo a los recibos que dejaron ver algunos armadores, y estaban sin posibilidades de salir a pescar.
La inflexibilidad de Maldonado, que quería recibos blancos y transparentes, pero que no mostró nunca los que decía tener con liquidaciones que no llegaban a los 5 mil pesos, fue menguando desde el lunes a la mañana cuando comprobó la bronca de los afiliados en barcos merluceros, también parados durante el fin de semana sin tener nada que ver con el conflicto.
Existen en la pesca marplatense armadores que no reflejan todos los ingresos de sus tripulantes en el recibo. El “Acuerdo Mapuche” con que se descomprimió la tensión y algunos barcos saltaron el paro antes de la conciliación, lo deja en claro. Mejoraron el blanco y dejaron una parte en negro. 60/40; 70/30…el porcentaje cambia según el armador consultado.
Ese mecanismo de acuerdo selectivo bien podría haberse aplicado en el inicio del reclamo. Pero generalizaron para elevar el conflicto con una intencionalidad que nadie acierta en determinar. Porque si era para corregir la evasión, no es algo que comenzó este año en esta zafra de langostino. En este 2018 el SICONARA sí tiene elecciones.
Es frecuente la queja de las cámaras empresarias para que puedan reformarse convenios colectivos. Consideran que no reflejan la realidad de la actividad. El precio de referencia del langostino con que se determina la productividad de los tripulantes también podría revisarse. En muelle se paga U$S 2,30 y en el papel de las actas, U$S 1,40.
Como en el Mortal Kombat, la pesca supera obstáculos pero asoman otros en el extremo derecho de la pantalla. “Veo difícil que se prorroguen los actuales reintegros a las exportaciones”, reconoció Juan Manuel Bosch en el portal Pescare hace unos días.
El 12 de agosto vence el Decreto 639 que el año pasado le otorgó beneficios a las exportaciones de pescado descargado por la flota fresquera y al que se le agrega valor en tierra, mayormente merluza hubbsi, con un porcentaje que roza el 10%.
La medida no incentivó el movimiento exportador -fue menos hubbsi procesada que en el 2016- pero ayudó a conservar lo que todavía se mantiene en pie en la industria del procesamiento. Los frigoríficos exportadores se habían mostrado preocupados ante una posible derogación.
Pero si Bosch, el mismo que este año anticipó que calzaba 39, que luego mutó a 47 y después se achicó a 44, la justa medida de las presiones del poder para hacer encajar el nuevo barco de Moscuzza en la pesquería de langostino, dice que lo ve difícil, es muy probable que el Decreto no se renueve. Tan difícil como que se le impida el ingreso al otro barco de Pototo, y esa bendita costumbre de hacerlos de 47 metros de eslora máxima total.
Otras variables han cambiado como el calce de Bosch. Cuando se otorgaron los reitegros, el dólar estaba $18,20. Hoy cotiza en la línea de los $28 y Macri co gobierna con el Fondo Monetario.
Lo más probable sea que el estímulo al agregado de valor en tierra se termine para la pesca. También los subsidios que entrego el gobierno el año pasado para mitigar la falta de trabajo entre estibadores y obreros del pescado.
Como en el Mortal Kombat, otra batalla está a punto de comenzar.