Hace un año Martin Merlini entregaba la habilitación de la Terminal Portuaria sobre el muelle 2 a «Hipoute SA», la razón social de Terminal de Contenedores 2 (TC2), la única oferta que se presentó a una iniciativa que había quedado envuelta en las habituales desprolijidades del entonces Presidente del Consorcio Portuario.
Que el predio estaba ocupado, como salió en el edicto en La Capital, tal cual lo había aprobado el Directorio, o que el predio estaba disponible, como se publicó en el llamado a ocupación del Ministerio de la Producción bonaerense.
Una de las tantas chicanas, mojadas de oreja, ninguneo de Merlini para con los operadores del servicio logístico de contenedores. Antes los había denunciado en la Justicia Federal por el bloqueo a las Terminales 2 y 3 que terminaron con Javier Tizado de mediador en la oficina del primer piso del Consorcio, después que la bronca de los hermanos Ovejero, con Chamusca al frente, llegara hasta las puertas del propio edificio.
Merlini nunca le dio explicaciones al Directorio por el cambio de palabras. Lo disolvió la Provincia y conformó uno nuevo, más adicto a sus decisiones. Del nuevo cuerpo de asesores no quiso participar Emilio Bustamante, que como Ovejero, también es director de TC2 y enfrentado a Merlini en el cuerpo de asesores disuelto.
El fin de la ilegalidad del operador logístico sobre el muelle 2, con casi 20 mil metros cuadrados, tuvo su pestaña oculta. El permiso fue precario y solo por un año. Se renovaba con la condición que Aduana habilitara el área como Depósito Fiscal, para lo cual exigía que la terminal incluya el muelle de ultramar en la sección octava, algo que Merlini nunca entregó.
La excusa de Merlini por no darle el muelle fue que el puerto no tenía espacio disponible como para resignar ese lugar vital de la sección octava a un privado. El mismo Merlini que no sacó uno solo de los barcos abandonados sobre las secciones cuarta y quinta y no recuperó un solo metro de los 110 que ocupa ese cementerio de barcos flotantes desde hace varios años.
Hace poco meses Aduana habilitó la Terminal después de cuatro intentos fallidos, sin que TC2 tuviese la necesidad de tener el muelle bajo control propio. Por estos días se renueva la habilitación de la concesión por dos años más. Más allá que nadie correrá al operador del muelle, no parece un plazo que estimule la inyección de inversiones.
Gabriel Felizia llevaba apenas un par de horas como nuevo presidente del Consorcio Portuario y con un gesto demostró que su relación con TC2 sería otra; en las antípodas de Merlini. Autorizó que contenedores vacíos de Maersk, que llegaban en camión desde Puerto Madryn, pudieran acomodarse en la playa de estacionamiento del predio de los silos.
En medio de la pandemia y con controles en el acceso al muelle, hubiese sido un contratiempo que los choferes que mandó la naviera tuvieran que cumplir los protocolos sanitarios exigibles para quien entraba a las terminales.
Los camiones dejaron los tachos en la playón, volvieron al sur y regresaron con otros. En menos de 48 horas Mar del Plata dispuso de más de 100 contenedores vacíos para que las empresas cuenten con tachos donde disponer la carga. A las pocas horas, TC2 metió con sus camiones, y camioneros controlados en las postas sanitarias, todos los contenedores dentro de su plazoleta y liberó el área.
Con Merlini hubiese sido un cuento de ciencia ficción; una misión imposible. Donde el agente marítimo veía un enemigo de su poder, Felizia ve una herramienta para el crecimiento y desarrollo del comercio exterior.
“Somos socios; si a ellos les va bien, a nosotros también nos irá bien”, dice Felizia sobre su relación con TC2 y muestra algunos números que dejó la última escala del Arsos. Entre lo que Maersk pagó de servicios portuarios por los 3 días que estuvo en muelle y la tarifa por al carga exportada, el Consorcio facturó más de un millón de pesos.
El feeder de la naviera danesa subió carga como nunca antes. Casi 6 mil toneladas, mayormente calamar congelado que desembarca la flota potera. La administración portuaria percibe 1,67 dólares por tonelada.
Con las empresas más importantes del sector, TC2 enhebró un acuerdo promocional. Tarifa especial si lo que se descargaba se exportaba por el puerto local. Las empresas armadoras no solo generan actividad en el servicio logístico sino también en la estiba para descargar la flota.
Si los barcos tienen ventajas al operar en Mar del Plata el Consorcio mejora la recaudación por el uso del muelle y luego por la carga que se exporta. El viernes sumará una extra: ingresará el “Algol”, otro buque que Maersk tiene en la ruta de Bahía Blanca y Madryn, a bajar vacíos y subir algunos reefers.
El puerto local es el único que mejoró los números de desembarques en el primer cuatrimestre, según cifras del último informe de coyuntura que publica Pesca nación. Fueron 118 mil toneladas, un 8% por encima del mismo período del año pasado. Por eso fue necesario traer contenedores vacíos desde el sur.
Los números de mayo todavía no estaban listos en la oficina de Bustamante pero imaginan el mejor mes de los últimos años, con un nivel de exportación superior a las 11 mil toneladas. En los primeros cuatro meses habían movido solo 18 mil toneladas y la estadística marcaba una reducción del 30% en el movimiento de carga exportable en relación al 2019.
“Lo que cargamos en la última visita fue récord; quedaron reefers enchufados sin poder subir», dice el Directivo. «E so nos permitirá disminuir la merma que arrastramos en los primeros meses del año. En el comparativo de mayo, subimos un estimativo del 22%”.
El calamar no durará para siempre. La pesquería vive el epílogo de la temporada y la flota esta en zona de pesca completando, quizás, la última marea. El próximo mes marcará cifras positivas en tanto a esta altura del año pasado la zafra ya había terminado y los barcos fresqueros habían rumbeado al sur para pescar langostino.
Qué hacer de acá en adelante para que la carga no suba a un tobogán es es un interrogante que preocupa a Felizia. “Hay carga adicional: En Frío Polar hay 200 toneladas de kiwi que tienen que exportarse y arranca la cosecha nueva”, señala el Presidente del Consorcio. Antes buscar carga era un desafío solo para TC2.
En este punto Bustamante reconcoce una traba logística. Maersk demora dos semanas más en llegar al mercado europeo con el kiwi marplatense. En realidad toda la carga tiene ese contratiempo.
“Pasa porque en lugar de ser nosotros el último puerto antes de cruzar a Montevideo, somos el primero porque no puede entrar ya cargado cuando viene de la patagonia”, revela Bustamante.
Felizia tenía previsto iniciar el proceso licitatorio este año y dragar el año que viene. Esta situación que le transmitió el operador, más algunas preocupaciones de las cámaras de la pesca, lo hicieron cambiar de planes y ahora sabe que tendrá que dragar antes que termine el 2020.
Hay otro hecho que adelantó los tiempos. Maersk avisó que cambia de buque en la próxima escala y el nuevo, el “London Trader”, mide 171 metros, cuatro más que el “Arsos”.
En el Consorcio creen que hay margen pero no para dormirse en los laureles. Merlini no dejó gestión; solo dinero de no hacer las obras ni adjudicar licitaciones. Más de 80 millones en un plazo fijo.
“Tenemos que buscar otra naviera. Hay que trabajar para que haya mayor oferta”, dice Felizia, que reconoce que hace falta una decisión política para sumar más carga, ajena a la pesca, como el kiwi o la papa prefrita congelada que lleva Mc Cain a Brasil, vía camión por la ruta.
Ayer la autoridad portuaria y el operador logístico se volvieron a reunir en las oficinas de TC2. El cuarto encuentro que tuvieron en las últimas semanas, otra señal diferente a los tiempos de Merlini. Donde podía, el ex Presidente hablaba mal de TC2 y destacaba su ilegalidad administrativa.
Además de la necesidad de profundizar los canales de acceso también hablaron de los planes que maneja la Terminal para incorporar grúas en el muelle.
Ese fue el talón de Aquiles, además de la baja significativa en el movimiento de carga, que motivó a MSC a pegar el portazo el año pasado. De concretarse. seguramente deberá extenderse el plazo de vigencia de la habilitación del predio.
Felizia se despidió de la reunión dispuesto a acompañar a los operadores en las próximas reuniones que mantengan con los representantes de las navieras que intentarán acercar al puerto marplatense. El Consorcio y TC2 trabajando en la misma senda; una alianza impensada hasta hace un mes atrás.
Solo el tiempo dirá si la comunión que muestran por estos días perdurará de modo que el puerto pueda consolidar un modelo logístico de la mano de carga ajena a los vaivenes de la pesca, que pueda generar trabajo sustentable para todos los eslabones de su cadena.