El 16% de inflación en el primer trimestre del año que terminó de redondear ayer el INDEC cuando difundió el 6,7% que registró el mes de marzo, marca el número más alto para el período en los últimos 30 años. El de alimentos es mucho mayor.
El escenario que imaginaban las cámaras empresarias y los sindicatos, marítimos, portuarios y pesqueros en relación a la inflación era algo más parecido a lo que había mostrado el 2021 donde cerraron el 45% de ajuste paritario con una inflación que trepó al 50,2%, cambió abruptamente hace un mes cuando se conoció ese 4,7% de febrero que impactó en todos los niveles de gobierno.
La decisión de las cámaras armadoras de intentar replicar el número pensado para una realidad que no existe más explica estos seis días que lleva la medida de fuerza que aplica el SICONARA en la flota fresquera de altura que opera desde Mar del Plata.
«Sumas marzo y abril y ese 20% que ofrecemos te sigue sobrando», dicen los empresarios. No quieren despegarse de esa posición para espantar la amenaza de una inflación en dólares que hace tambalear la unidad del negocio. Por estas horas CAPECA estaba por difundir la evolución de los costos en la pesca de langostino y el tipo de cambio oficial. Sostienen que la marcada pérdida de competitividad ya cumplió 15 meses. Y si las luces de alarma se encienden en el marisco, que queda para el resto.
En el SICONARA entienden que tuvieron el beneficio que su paritaria no venció el 28 de febrero sino el 31 de marzo. Ese tiempo les permitió elevar la vara que ya habían saltado el SIMAPE con la Cámara de Armadores y CaIPA.
El 60% que comenzó pidiendo Daniel Flores desde abril a septiembre pareció una exageración…, Un “pidamos que para bajar hay tiempo”. Ese tiempo se terminó ayer en la audiencia cuando presentaron una oferta más realista pero que mantiene ese 30% inicial en una sola cuota para el período abril/junio.
La intervención del Subsecretario de Pesca no conmovió a Diego García Luchetti ni a Fernando Rivera para formular una oferta más generosa.
Pese a que Liberman apeló a la persuasión, habló de los riesgos que implica para el resto de la cadena productiva que la pesca del fresco se mantenga parada por más de una semana, la patronal se mantuvo inmutable, tensó la cuerda al máximo y contribuye a sumar una anécdota a la colección del sector: intentar liberar una flota pesquera que ya lleva 144 horas atada al muelle un Jueves Santo.
De dónde sale la intransigencia de Rivera cuando hace menos de una semana firmó el 40% en tres cuotas, de marzo hasta julio, para los obreros del pescado. Pagar el 30%, tal vez en dos veces, por el primer semestre no asoma muy ilógico piensan en el SICONARA dentro de una espiral inflacionaria que nadie garantiza que pueda pisar el freno.
Sobre todo porque acá también hay espacios para las sumas no remunerativas que terminan financiando los propios oficiales y las arcas públicas, y, fundamentalmente, porque buena parte de los ingresos de los oficiales se pagan por fuera del recibo para esquivar el impuesto a las ganancias.
Quizás lo que no veamos es que a las cámaras en realidad lo que les importa no es el SICONARA, donde las liquidaciones son más, digamos, “laxas”, sino la del SOMU, donde no hay tanto espacio para esquivar el blanco del recibo.
Ya el SICONARA aceptó que el 30% de la actualización con los costeros de Rawson se abone como suma no remunerativa. Firmaron un 23,4% para el período octubre/abril. Las cámaras marplatenses se lo mostraron a Liberman para plantearle si en la Patagonia había una inflación distinta a la de Mar del Plata.
En el gremio pararon de pecho la chicana. Que es un convenio a la parte, que sus costos son otros, que pagan todo en blanco y que en el último año la actualización con los costeros de Chubut superó el 70%. En la CAFACH evitan sacar muchas cuentas para que no les pongan la nariz de payasos.
Igual allá, pese a acordar con el SICONARA, la flota no se mueve. La oferta para el SOMU es la misma pero en el gremio le corren el arco todas las semanas y ya perdieron tanto tiempo que la temporada de merluza en Comodoro se archivó en la columna de las buenas intenciones. Y los estibadores mucho no protestan porque los subsidios bajaron en tiempo y forma.
En Mar del Plata las conserveras prenden velas para que la flota pueda ir a buscar la anchoa, que con cupo sin restar al langositino, permitirá aumentar la productividad de las fábricas locales. Pero si al SOMU no le importa el trabajo en Chubut, por qué habría de importarle el de los marplatenses.
El trabajo que dice priorizar Liberman, bien gracias. Ah.. “Mar de Messina” ya comenzó a funcionar en el Parque Industrial. La familia Taranto avisó en Mirabella que el “Marbella” dejará de aportarle langostino fresco durante la zafra de aguas nacionales. Y no lo descabezarán ni pelarán obreros del pescado bajo convenio a los que pueda afiliar Cristina Ledesma. Pero el Subsecretario repite que le preocupa el trabajo. Mejor no preguntar cuál…
Después de seis días de zarpadas demoradas, entre los armadores las sensaciones son variadas. Están los que ya pagan ese porcentaje y ven como su barco sigue parado, los que no tienen mucho apuro en salir cuando ya pasó Semana Santa y el mejor precio de la merluza dejará de compensar la suma del combustible.
También están los que pidieron la parada biológica y los que tienen frigorífico como El Marisco, con obreros registrados bajo convenio a los cuales alimentar con pescado para no tener que pagar el garantizado. Si, también tienen trabajadores efectivos Moscuzza, Iberconsa y Solimeno pero a diferencia de Di Leva ellos tienen buques congeladores con los cuales hacer más amigables los balances.
Qué puede pasar este jueves de audiencia santa es jugar a la adivinanza. Mucho más para retroceder no tiene el SICONARA. Al menos en los papeles… siempre hay lugar para incrementar el negro. Y las cámaras seguían firmes en replicar la realidad con la que rubricaron el reajuste para el SIMAPE.
Una realidad que ayer, con el 16% de inflación para el primer trimestre, 6,7% en un mes, marcó la cifra más alta en 20 años… esa realidad ya no existe y hay que barajar de nuevo y recalcular.