A cinco días del cambio de gobierno y sin certezas en el nombre que reemplazará a Juan Manuel Bosch al frente de la Subsecretaria de Pesca, el lobby sectorial sigue a pleno, contra reloj, intentando torcer voluntades.
“Si no es el nuestro, que no llegue el que puede generarnos dolores de cabeza”, piensan en CEPA. El Consejo de Empresas Pesqueras Argentinas, dominado por Moscuzza y Solimeno, ha vivido 4 años difíciles de olvidar con una administración que atendió casi todas sus solicitudes.
Quedó pendiente la reformulación del Tabeirón 3, que de un permiso Oscar Fortunato pretendía hacer tres, pero lo demás todo: José Américo, José Marcelo, Graciela l, todos cortados por el mismo Armón en Vigo con 47 metros de eslora final y acortados en la burocracia de la Subsecretaría y el Consejo Federal.
En el brindis de fin de año/despedida servido en la Subsecretaría el martes por la tarde pocos le prestaban atención al balance de Bosch plagado de inexactitudes. Los invitados intercambiaban datos de última hora sobre el recambio a partir del 10 de diciembre.
Pareciera que el SIMAPE hizo muy bien su trabajo y pudo dejar en el camino a Miguel Bustamante, uno de los aspirantes que asomaron en la carrera después del triunfo de octubre. Ex autoridad de aplicación en el último gobierno kirchnerista, el abogado y asesor de muchas de las empresas pesqueras implicaba el riesgo de revisar el desaguisado promovido por Bosch y Fortunato.
Pablo Trueba no asomó la cabeza en las gestiones que impulsó el propio Juan Domingo Novero para limar a Bustamante. Haber formado parte de la Fundación Pensar será un lastre que le llevará un tiempo diluir al Secretario General del gremio de los pescadores marplatenses.
A decir verdad, Trueba tampoco levanta la voz para defender a los afiliados que son obligados a arreglar para bajarse de los barcos que cambian de mano como el San Andrés Apostol, ahora en manos de Leandro Cicollela.
“Los entrega libre de marineros”, contó uno de los afectados que pugna por volver a subirse aunque sea como relevo. Quizás pase lo propio con el Altalena, cuando el mes que viene se oficialice la adquisición de Wanchese. Menos mal que los trabajadores de Cabo Virgenes están fuera de la órbita del SIMAPE.
A Cesar Lerena pareciera que tampoco le alcanzó para calzarse el traje de Subsecretario. Cuando era uno de los candidatos hasta Solimeno perdió un rato de su valioso tiempo para ir a verlo y escuchar sus planes. Tony debe haber salido espantado y pensando en otras alternativas. Cumplir con la ley federal de pesca no está en sus planes. Toda la merluza (y la nototenia), mejor pescarla (y subdeclararla) con los congeladores.
Los dos que seguían en carrera a principios de semana eran Mauricio Remes y Carlos Liberman. El sobrino del Ministro de Economía de la pesificación fue uno de los sobrevivientes de la grieta. Salió indemne del cambio de gobierno en el 2015 y se mantuvo como Director de Control y Fiscalización. Sin mucha rigurosidad hasta ese entonces a juzgar por el baile de disfraces de merluza que alimentó plantas de procesamiento en Mar del Plata en la gestión Bustamante.
Luego hasta lo premiaron y en abril del año pasado lo ascendieron a Director Nacional de Coordinación y Fiscalización. Pero Bosch desarticuló el cuerpo de inspectores en Mar del Plata y casi intervino la Dirección con tropa propia. Remes se fue hace 6 meses con muy buena relación con todos los sectores armatoriales. Algunos de esos hoy devuelven viejos favores e intentan que regrese con el premio mayor.
Mejor perfilado que Remes, Liberman parece correr con ventaja territorial y política. Proviene del riñón camporista santacruceño, cercano a Máximo Kirchner. El hijo de la Vicepresidente habría pedido especialmente que el área Pesca quede en manos de su amigo.
Si Liberman reemplaza a Bosch, el más contento será el propio Bosch. “Es el único que puede garantizarle que no tenga que desfilar por Comodoro Py”, evaluaba un lobista que no se decidía qué canapé probar en el acto de bienvenida de los nuevos buques de Pototo, el sábado pasado en la Escollera Norte.
Actual representante de Santa Cruz en el Consejo Federal Pesquero, Liberman marcaría una continuidad con la gestión Bosch. Desde ese lugar avaló cada una de las decisiones que tomó el cuerpo. Sobre todo el reparto de cuota social de langostino en el 2018, la cual repartió entre barcos que ni siquiera tenían permiso para pescar el marisco. Siempre que pusieran el 15 adelante, claro.
Liberman apoyó la reconversión de barcos fresqueros en congeladores,que los fresqueros no reciban sanción por devolver cuota de merluza al ir a pescar langostino, la creación del Fondo de Asignación que alimentó de hubbsi a la flota factoría , el ingreso de las criaturas de Pototo y el Rasmus Effersoe de Solimeno al langostino con sus 44 metros de eslora y 2215 HP de potencia. Completamente fuera de regla.
Si se confirma luego del 10 de diciembre el desembarque de Carlos Liberman en la Subsecretaría de Pesca, la industria habrá avanzado un par de casilleros. Pasaran de Guatemala a Guatepeor
Foto: MaryPesca