Merlini logró mantener el puerto dragado con una profundidad suficiente para que se mantengan las escalas de buques portacontenedores que se habían reestablecido en febrero de 2015 y garantizar un mantenimiento que comenzará en agosto próximo.
La draga Omvac 10 tardó casi el doble de tiempo del previsto inicialmente y removió 230 mil metros cúbicos adicionales a los previstos. El presupuesto no varió, casi 3,5 millones de dólares para 670 mil m3 de sedimentos. Pero el Consorcio solo pagó por 430 mil.
El costo total da 8 dólares por metro, pero Merlini se empeña en sostener que fueron solo 5 (divide el total removido por el presupuesto original) y que no les debe nada a los españoles. Parece que además de dragar en Canlemar hacen beneficencia.
Lo peor de todo es que el puerto no puede mostrarse operativo las 24 horas más allá que se colocaron las balizas de forma correcta y se iluminaron sectores puntuales en el espejo interior para que los barcos puedan realizar la operatoria de manera segura en horario nocturno.
En el centro del espejo interior existe un área de maniobras, una circunferencia de más de 200 metros de diámetro donde los grandes barcos giran sobre su eje cuando ingresan o egresan del puerto, según la banda en que tenga las grúas para levantar los contenedores del muelle.
Ese sector tiene zonas puntuales donde el calado es insuficiente, menos de 8 metros, -el canal de acceso tiene más de 11- para que los buques puedan moverse con tranquilidad cuando cae el sol.
Ayer a las 22,30 pudo salir el porta contenedor porque había amarrado proa afuera. Solo tenía que salir derecho por el canal. El práctico –auxiliar del capitán- estuvo dispuesto a asumir los riesgos que hasta ahora no habían asumido.
Pero no todos los grandes barcos que vienen a Mar del Plata tienen las características del “Ronit”. Para los demás el puerto solamente es diurno, factor que genera malhumor en las navieras por tener que esperar que se haga de día, calme el viento o suba la marea para poder entrar o salir.
Para que el predio de los silos, ahora en manos provinciales, pueda transformarse en una plataforma de logística vinculada a la carga de contenedores, es indispensable que el puerto solucione estos problemas que hoy afectan su desarrollo.
Para Merlini los problemas son otros: el principal es la falta de espacios. Hay más de 300 barcos y los metros de muelle disponible no son muchos. Eso genera sobrecostos para los armadores al momento de moverse en el espejo interior.
Más allá que se han recuperado casi 750 metros lineales entre el muelle de la Terminal de Cruceros y la Escollera Norte interior, parte de ese espacio ya lo ocupaban barcos del INIDEP y CONICET. Sobre el edificio destinado a recibir cruceristas amarraron a la Draga 259 C Mendoza, inactiva a la espera del desguace.
Limpiar la chatarra flotante también figura en la agenda. Merlini impulsa un programa de remoción de cascos inactivos en las secciones Cuarta y Quinta para ganar 100 metros de muelle.
En noviembre Merlini aseguró que el operativo tendría costo cero para el Estado e incentivó a los armadores de esos buques con una condonación de la deuda generadas por el abandono. En la lista aparecen apellidos conocidos: Moscuzza y Caputo son dueños de 7 de los 11 involucrados.
La idea de Merlini es extraerlos durante este año y que lo paguen los dueños. Hasta ahora ninguno presentó un plan de remoción en Prefectura. Lo único que avanzó fue el objetivo a lograr. Los metros a liberar crecieron de 100 a 120.
Merlini cumplió dos años como autoridad portuaria y el Directorio que designó la Provincia y lo acompaña en la gestión, uno. Sobre lo que discute, decide y aprueba el cuerpo de asesores se despliega un amplio cono de silencio.
Después de cada encuentro, semanal o quincenal, según las urgencias, se elabora un Acta con un resumen de las actuaciones. El Consorcio Portuario no solo no las publica en su página web sino que cada mail en que circula el borrador llega con una orden explícita: absoluta confidencialidad.
@rogarrone