Una semana después del punto máximo de ebullición, la novela del FAP ingresó en otra etapa en los puertos chubutenses. La confianza. Es curioso porque la flota costera de Rawson recuperó operatividad asumiendo un pacto de caballeros con la administración Arcioni, a la que, apenas un par de días antes, incitaban cortes de rutas masivos para apurar la llegada del proyecto de derogación a la Legislatura
Más allá de todas las especulaciones, incluso el propio Gabriel Aguilar anticipó una nota del Gobernador para anular la Resolución que lo obligaba a cobrar el canon, nada de eso ocurrió. La confianza mutua en sacar los barcos y no cobrar el FAP, para hacer como si esa obligación de exigir el pago haya dejado de existir como por arte de magia.
Igual el período “confianza” en Playa Unión concluirá el lunes próximo cuando los tripulantes se desembarquen y vuelvan a la carga con el operativo clamor por la derogación. Se sobre entiende que la flota costera está de acuerdo en suscribir el plan de pagos del que no se tienen muchos más detalles que la entrega del 40% como anticipo y cuatro cuotas durante la próxima zafra.
Del total de la deuda liquidada la quita de Arcioni alcanza al 50% del capital más los intereses. Alguna cuenta sacada a las apuradas determinó que, quitada también la obligación de abonar la parte de los trabajadores, la deuda se reduciría a menos del 30%.
Recordemos que la flota de Rawson paga la mitad del canon, o sea la propuesta es muy tentadora. El resto de la flota, el valor completo. Como si algunos barcos generaran un menor impacto ambiental con los desechos de las capturas que otros. Solo en realismo mágico de Chubut se consiguen estas joyas administrativas.
Más tentadora aún si la rúbrica del plan de pagos despeja la incertidumbre por renovar los permisos de pesca antes de la próxima zafra. Pero la adhesión busca un objetivo adicional. Revivir la Resolución 278/2021 que el propio Aguilar derogó a principios de julio pasado, también bajo amenazas de ser acusado por la presunta comisión del delito de abuso de autoridad e incumplimiento de los deberes de funcionario público
La Resolución 278 es polémica por donde se la mire. Permitió por unos meses a los barcos artesanales de hasta 9,90 metros de eslora pasar de una captura de 100 cajas a 588 cajas de langostino de 17 kilos.
Estuvo vigente un tiempo corto hasta que la presión de algunos legisladores fue insostenible. Diputados que vieron en la maniobra un guiño de Aguilar a armadores costeros con intereses fecundos entre los barcos artesanales.
Aguilar puso fin al incremento del esfuerzo con otra Resolución, la 131 a principios del mes pasado. que obligó a los artesanales a regirse por el Artículo 12 de la Ley VII 86. “Ningún barco habilitado con red de arrastre de fondo convencional con portones de hasta 80 kg cada uno podrá desembarcar más de cien (100) cajones de peces de aletas u otras especies”, aclara la norma.
Durante la vigencia de la 278, los barcos artesanales multiplicaron casi por cinco su poder de pesca. Algunos armadores amarillos fueron consultados sobre el interés real en revivirla, En Rawson todo es silencio. En los próximos meses podremos saber el éxito o fracaso de la misión.
Mientras Pescargen vuelve a recibir ofertas de compra para sus activos y el problema que posee hundido en el sitio 4 del muelle Storni, mientras Pescanova dice estar cerca de quedarse con Veráz y en Veràz, estar cada vez más lejos de venderle a Pescanova, esta semana tampoco comenzó el desguace de barcos abandonados en el muelle 2 del puerto Mar del Plata.
Con la guadaña del ajuste que pasó Massa en educación, salud y obras públicas, habrá que olvidarse de las defensas portuarias, el pavimento para el muelle de la terminal de cruceros y la cartelería que exige la renovación del código PBIP. Lo del muelle 9 ni los más incautos creen que sea posible. Las obras portuarias que puede mostrar esta gestión son las cloacas y unas torres de iluminación en puerto piojo… Valoremos.
Por lo menos ya saben que el “Magritte” será el primero en convertirse en chatarra. Esperemos no se distraigan mucho en el regreso del “Masticar” en el predio de los silos durante el fin de semana largo de octubre en que bajo el paraguas de los 100 años de la primera descarga en el puerto, montarán otra kermese en ámbitos que deberían generar trabajo sustentable, no horas en negro durante un fin de semana.
Siguiendo el hilo del FAP, distinta es la posición de los fresqueros de altura que llegan a la zafra de nación desde Mar del Plata. En este grupo las necesidades no pasan por un permiso sino por la chance de poder descargar en los puertos provinciales para abaratar su logística y la de los compradores de la materia prima.
El único que desembarcó estos días en las playas de la tregua de caballeros en Chubut fueron los barcos de Carpincho García. El armador del “María Gloria”, “Gaucho Grande” y “Marejada” pudo descargar sin problemas aunque tiene vigente el amparo judicial.
El muelle Deyacobbi en Mar del Plata recibió a varios fresqueros que migraron descreídos del paréntesis de paz que ofreció Chubut y que no saben cuándo volverán porque muchos están decididos a no adherirse al plan de pagos.
En simultáneo, esta semana algunas empresas se sorprendieron al recibir las ejecuciones judiciales de la deuda contraída por el FAP. Veremos cómo sigue la historia. Quien persuade a quien. La Provincia puede darse el lujo de perder materia prima en la mesa de sus trabajadores. Los armadores pueden sostenerse lejos de los puertos chubutenses.
Que el langostino se ubique al norte parece un guiño de la naturaleza a la flota marplatense. Que los marplatenses emigren del sur es un alivio para los tangoneros congeladores y los costeros de Rawson. Pero el desarrollo de la pesquería no es una fotografía. Es una película con final abierto
Igual más sorpresa que la notificación de la deuda por el FAP a los armadores marplatenses les generó el aviso del incremento en el servicio de estiba por un 25% para englobar un 70% entre febrero y septiembre. Y esa si es más dolorosa porque la deben pagar indefectiblemente.