“A esta altura poco importa la fuga de recursos naturales, en este caso renovables. Lo que verdaderamente paraliza es pensar con cuantas generaciones más de hombres, sin conocer la dignidad que proporciona el trabajo, deberemos pagar la implementación de políticas que dan la espalda a la industrialización, y aceptar, mansamente, el rol de emergentes con el que nos etiquetan desde Bruselas, quienes verdaderamente explotan nuestras riquezas”.
Las palabras pertenecen a Walter Castro, secretario General del Sindicato de la Actividad Naval de Mar del Plata, en el cierre del II Encuentro Portuario de los Trabajadores de la zona Atlántico Pacífico que se desarrolló en la sede de la FEMPINRA la semana pasada con el lema “Por una estrategia contra la integración vertical en el continente”.
Es un buen resumen del presente que atraviesa la industria pesquera y naval. En su exposición el dirigente repasó la historia pasada y reciente de Argentina y sus vínculos «verticales» con Europa en el rubro.
Desde los años 90 con el ingreso de los capitales trasnacionales bajo la figura legal de “sociedades comerciales de capital combinado” que generó el ingreso de más de 9 mil metros de eslora de barcos usados que representaron 131 mil metros cúbicos de bodega, 307 mil HP de potencia instalada y un poder de captura de casi un millón de toneladas.
El avance de esas empresas mixtas en la participación de cuotas individuales transferibles de captura (CITC) con la cuotificación en el 2009, el crecimiento de la española iberconsa y la china Dalian para comprar todo lo que estuviera a su alcance, en tanto otros actores comenzaron a entrar a escena: fondos de inversión que hoy pescan en Argentina, exportan a España y cotizan en Wall Street. Caso Profand, Portobello o Nueva Pescanova,
“Si hacemos un recuento de los años que llevó lograr esta integración veremos que en poco más de dos décadas estos capitales lograron instrumentar la figura de sociedades mixtas, hacerse de una considerable cantidad de cuotas, lo que les representa, entre empresas mixtas y capitales transnacionales, dos tercios de cuota permisible de extracción y un tercio para todo el resto de la flota, cuando al momento de la cuotificación esta ecuación era proporcionalmente inversa”, reseña Castro.
Mientras acá debatimos la letra de un proyecto de ley para la renovación de la flota pesquera y los astilleros se mantienen expectantes por el nivel de restricciones para la importación de barcos usados, en Bruselas, el «Comité de dialogo social para la construcción naval» le pidió el año pasado a los líderes europeos que reconozcan el carácter estratégico del sector marítimo para el continente mediante la creación de una empresa europea dedicada al desarrollo de la industria naval para el sector.
Para el disertante “estamos en medio de una guerra comercial arancelaria a escala mundial”, ya que a estas acciones China respondió con US$ 2.500 millones de dólares en inversiones para instalaciones portuarias en Sudáfrica y otro tanto en Sudamérica, en lo que se dio a conocer como la nueva ruta de la seda China.
“A la compra del gigante Iberconsa, por parte del grupo americano Platinum Equity, Japón respondió comprando los mayores procesadores del Pacifico y anunciando la creación de un mercado en Perú de mayor volumen que la lonja de Vigo, por el grupo Mitsui”, reveló el dirigente..
Dalian Huafeng Acuatic Products SA por estas tierras se resume de una manera más sencilla: Argentina Dalian Pez (Ardapez). Han desembarcado en Mar del Plata de la mano del ex subsecretario de Pesca, Miguel Bustamante y comprado buques fresqueros de no más de 2500 cajones, de armadores locales como Solimeno y Valastro.
A principios de esta semana fueron noticia porque su representante local, Pedro Gordillo encabezó una comitiva que se reunió con el mismísimo presidente Mauricio Macri en la Casa Rosada.
Claro que en el registro de audiencias no figuraba ninguno de estos nombres de empresas sino la de Hechiar Pesquera, que hasta no hace mucho era como la armadora de los barcos San Antonino III y Letare, de Solimeno. En realidad es una firma creada por los chinos mientras se generaba el traspaso de los barcos a los nuevos dueños.
Con una Subsecretaría de Pesca que parece una escribanía bien dispuesta a atender y cumplir todas las necesidades de los administrados, salvo Tony Solimeno que todavía no puede hacer entrar al recortado Rasmus Effersoe a la pesca del langostino, por estas horas muchos se preguntan el tenor de lo conversado en la audiencia presidencial.
Otros estaban más atentos a los movimientos de los efectivos policiales en el Distrito Pesca, de donde se llevaron documentación por orden de la justicia federal mientras preguntaban por Sergio “Turco” Salomón, hasta el 2015, uno de los responsables del fomento a la subdeclaración de merluza.
Los tiempos de la Justicia siempre ágiles: en un par de años posiblemente volverán a allanar la dependencia buscando comprobantes de los viáticos truchos que Bosch les inventó a los inspectores para mejorarle los ingresos mensuales, ya concluido el baile de disfraces que hizo millonarios a varios, en el Distrito y la Subsecretaría.