El trasfondo del paro nacional de trabajadores marítimos en la flota fresquera que opera sobre el langostino y que ayer puso en caja el Ministerio de Trabajo de la Nación al dictar la conciliación obligatoria, deja en evidencia el delgado equilibrio por el que transita la actividad pesquera en los puertos patagónicos.
Antes del inicio de la zafra la Cámara de Armadores de Buques Fresqueros de Altura firmó la paritaria con marineros, maquinistas y centro de patrones. Un 15% remunerativo que marcaba como techo el gobierno en ese entonces y el 7% no remunerativo. Todo retroactivo al mes de abril y sin cláusula gatillo.
Unas semanas más tarde, a fines de mayo, la cámara cerró el acuerdo idéntico con la Asociación de Capitanes que conduce Jorge Frias. La rúbrica tuvo un agregado, por primera vez incluyeron el valor de referencia del kilo de langostino en U$S 0,90 dólares para calcular la producción.
Comparativamente a lo que pagaban otras cámaras armadoras de la Patagonia como CAPECA, ese valor que firmó Frías era bajo para los oficiales que se embarcaban en los barcos fresqueros de la flota marplatense.
Frías firmó en la delegación local del Ministerio de Trabajo, sobre la calle Santiago del Estero. Las consecuencias de esa rúbrica comenzaron a sentirse a más de mil kilómetros de distancia tres semanas después.
Los primeros en saltar y cuestionar el valor que representaba la producción fueron los maquinistas en Rawson, alertados por la Delegación que encabeza Jorge Maldonado. Ellos se llevan el 2,76% de la producción y con el valor que firmó Frías tenían un precio del cajón debajo de los $15. Ellos quieren poco menos que el doble.
Los maquinistas ya estaban en estado de alerta y amenazando con no volver a subirse a los fresqueros cuando comenzó un temporal que llevó a todos los barcos a guarecerse cerca de la costa.
El sábado 23, a las 20 horas, los armadores recibieron un mensaje de whatsapp. Jorge Frías les avisaba que los capitanes estaban de paro. El mismo Secretario General de la Asociación de Capitanes que había firmado el valor a la baja, ahora quería renegociar y se subía al tren de indignados que él mismo había generado. Si fuese la única contradicción de Frias…
“La conducción sindical rechazó una propuesta de mejora salarial del 15 por ciento y también un 7 por ciento no remunerativo… la suba de ese 15% a cuenta de lo que se plantee luego de que la flota fresquera langostinera zarpe”, dijo Frías antes de declarar el paro.
Los capitanes deberían saber que su representante firmó por el 22% hasta abril del 2019. Y sin cláusula de actualización. Y acordarse antes de la próxima elección. Claro que falta mucho para eso. En marzo Frías fue reelegido por tercera vez al frente de la Asociación. Lo votó menos del 50% del padrón. Fue el único candidato.
El mal tiempo continuaba y el mal humor de Maldonado aumentaba. “De prepo ordenó a los oficiales de máquinas abandonar los barcos, nos dejó a la gente tirada”, contó el armador Juan Taranto en declaraciones a la FM 99.9.
Así los barcos se quedaron sin posibilidad de mover a ningún lado y de paso, convirtieron en rehenes a los marineros y los patrones, aunque en la resolución del Ministerio de Trabajo que dicó la conciliación, aparecen dentro del conflicto. Una mejora en el valor de la producción de los oficiales también repercute en sus ingresos.
Los armadores marplatenses se cubren las espaldas asegurando que nadie obligó a Frías a firmar por esa cifra. Pero para los maquinistas es más fácil desembarcar a sus afiliados que cuestionar las decisiones del representante de los capitanes. Y, sobre todo, genera respuestas más urgentes.