Mientras algunos armadores se debaten entre migrar al sur o mirar la zafra de langostino en aguas nacionales desde lejos, pescando merluza, raya y magrú en Mar del Plata, hay otras prospecciones adicionales a la del marisco que generaron algunos cortocircuitos entre administrados y autoridades de aplicación flamantes y dejaron al descubierto la aplicación de manejos pesqueras a distancia.
Por estas horas comenzó el relevamiento de corvina rubia en la Bahía Samborombón del que participarán una media docena de parejas de buques costeros y rada/ría que operarán desde Mar del Plata, también barcos de Lavalle y flota menor que hará base en el borde sur del Río Salado.
Los tiempos de apertura a la pesca en el espacio interior del Río de la Plata son casi los mismos que los del año pasado. Pero también son idénticas las causas que molestan a los armadores locales. Que a esta altura del año todos pesquen menos ellos.
“Pescan los uruguayos desde el mes pasado, pescan los barcos de Lavalle y también los gomones que salen desde toda la costa de la Bahía. Todos pescan menos nosotros…. nosotros tenemos que hacer prospección cuando el pescado es el mismo para todos”, dice Franco Bocanfuso, viejo representante de las embarcaciones de cubierta corrida.
La corvina es un recurso común compartido con el Uruguay y si bien existe una Comisión Técnica Mixta del Frente Marítimo, Argentina no tiene mayor peso como para que su socio acepte políticas pesqueras comunes y se establezcan medidas de manejo en el mismo sentido, como establecer vedas o aperturas que tengan validez en ambas orillas del Río de la Plata.
Ni siquiera se ha podido establecer si la corvina es o no un recurso zafral como para, al menos, establecer fechas de apertura y cierre de la temporada. Entonces, mientras de este lado la flota costera solo pesca en el área exterior del estuario del otro lado la uruguaya, conformada por una veintena de barcos, pescan en aguas interiores sin ninguna restricción más que algún temporal que los obliga a guarecerse en puerto.
Si bien algunos sostienen que el poder de pesca de los vecinos es insignificante en relación al de la flota local, otros aseguran que muchos barcos se han renovado y ampliado su capacidad de captura.
De acuerdo a estadística reflejada por la CTMFM, hasta el mes de abril Uruguay llevaba declarada más corvina que la flota argentina en la zona. Tres mil toneladas contra 2600 toneladas. El número se revertirá en estos próximos meses porque la flota argentina es mayor a la de los vecinos.
También hubo motivos adicionales que elevaron el mal humor de los armadores locales. Las singularidades del proceso administrativo que terminó en la habilitación de la prospección y que de alguna manera son el sello de identidad de la nueva gestión que encabezan Matías Nicolosi y Bernardo González, director Provincial y director de Control y Fiscalización, camporistas en el Ministerio de Agricultura que encabeza Carla Seain.
Cuando el reclamo por la demora en la prospección se hizo público, desde La Plata aseguraron haber realizado muestreos en la Bahía desde el puerto de General Lavalle y el promedio de talla de la corvina relevada había sido de 27 centímetros. Un tamaño insuficientes para poder habilitar el área. De acuerdo a evaluaciones científicas es indispensable que los ejemplares tengan un tamaño a mínimos 32 centímetros para garantizar una pesca de ejemplares adultos
Los muestreos del Ministerio se realizaron el último fin de semana de mayo y el pasado con idénticos resultados, según confiaron fuentes de la propia cartera. Pero cuántos muestreos realizaron para acceder a ese resultado? Tres, según la misma fuente. Cuántos hicieron para comprobar que la corvina había aumentado de tamaño como para habilitar la prospección. Cero.
En Lavalle reconocieron otro dato revelador. La información de los muestreos al Ministerio fueron transmitidos de manera digital. No hubo técnicos en el muelle revisando cajones, midiendo corvina, regla en mano. Todo el reporte consistió en el envío de fotos de algunos ejemplares. Ejemplares que bien pudieron haber sido elegidos en función de los intereses particulares del puerto de Lavalle.
Dicha flota pesca corvina con permiso fluvial permanente. Buena parte de las capturas que descarga esa flota terminan en frigoríficos de Mar del Plata, con o sin intermediarios. Si aumenta la oferta de corvina con los nuevos actores que se suman a la Bahía, baja el precio. No es muy difícil saber qué fotos mandaron como “muestras”.
Si nos quejamos que los uruguayos pescan cuando quieren y donde quieren dentro de la zona común, de este lado al menos deberíamos aplicar medidas de manejo pesquero con argumentos más sólidos que muestreos a 266 kilómetros de distancia.
Antes las prospecciones las promovía el INIDEP y con un par de días alcanzaba para determinar la abundancia y tamaño del recurso. Antes la flota salía con Observadores. Ahora hace varios años que ya no se suben. Aunque de haberlo querido no había nadie disponible: todos están abocados a la prospección de langostino y hasta hubo que traer algunos desde Rawson.
Porque quizás la corvina en la Bahía efectivamente es chica y era necesario mantener el área cerrada y hacerse cargo de la presión de los pescadores. Inventar muestras para mantener la flota parada es tan inviable como habilitarla sólo por no aguantar esa misma presión de los que quieren pescar de cualquier manera.
Foto: INIDEP