La resignación dominó el viaje de regreso a Mar del Plata de la comitiva de armadores e industriales marplatenses que reprocesan pescado fresco en frigoríficos del puerto local. Martes de una tarde calurosa, acababan de reunirse con Carla Seain en sus oficinas porteñas y lo único que se llevaron fueron promesas.
La Subsecretaria de Pesca bonaerense los había convocado la semana pasada cuando después del cierre intempestivo de Arte Pesca, Ostramar abría un retiro voluntario que de voluntario no tiene nada. La oferta de Marcela Caputo fue irrisoria para los fleteros que cortan merluza en sus fasoneras y ya les avisó que no les mandará más pescado.
Seain mostró los mismos reflejos que Liberman para tratar de evitar el estallido social que puede generarse en Mar del Plata cuando avance el desmoronamiento que arrancó Arte Pesca la segunda semana del año.
Como Liberman, Seain se fue en promesas. “Ya presentamos un trabajo con la modificación de los derechos para defender el empleo y el agregado de valor en tierra”, dijo la funcionaria en la reunión de la que no participó Daniel Berasategui, la cara visible de Arte Pesca y el primero en bajar la persiana.
Nadie pudo dar detalles de la propuesta provincial porque no la vieron. No debe ser muy diferente a la que le da forma el Subsecretario de Pesca nacional. Lo lógico sería que los equipos técnicos de ambas jurisdicciones aunaran esfuerzos para entregar una propuesta que refleje y distinga lo que ocurre hoy. Pero el sentido común es el menos común de los sentidos.
La respuesta debe surgir desde Economía, y Martín Guzmán está más preocupado en atender la reestructuración de la deuda y tratar de reunirse con la titular del FMI. Con Alberto y Axel de viaje en el exterior, nadie apuesta a que la corrección de los derechos de exportación para los eslabones de la cadena fresquera se efectivizarán antes que termine el primer mes del año. ¿Alcanzara solo con eso para equilibrar la nave?.
Sobre los derechos no hay mucho misterio. Se propone distinguir a la merluza hubbsi descabezada y eviserada, incluso sin cola, en envases de 1 a 3 kilos que reprocesan los barcos factorías, de las exportaciones de lomos de merluza, sin piel, sin espinas, desgrasados en envases de hasta 1 kilo; rebozados de merluza y formas de pescado, excepto surimi; platos preparados, cocochas, etc. Cuánto más valor se sume en tierra, menos derechos. ¿Prosperará?
Lo mismo con el langostino, separar el entero congelado a bordo de los tangoneros e incentivar la exportación del langostino pelado, ahumado, cocidos, en envases de hasta 1 kilo. En definitiva, cumplir con las propuestas de campaña: generar trabajo, fomentar el empleo. Si no se pasa el peine fino, la pesca será una máquina que seguirá escupiendo obreros a la calle.
Mientras se aguardan definiciones en despachos oficiales, en las calles del puerto asoman otras urgencias. No mucho mejor es la propuesta que Ostramar y Taturiello tienen para las envasadoras y camaristas bajo el convenio 161/75.
Nadie quiere perder el trabajo, pero pescando solo con el “Cabo Tres Puntas”, Caputo no puede garantizarlo. Ya ni alcanza para llenar las horas de las 300 personas a cargo. Para colmo el “Wiron” volvió a derretir el motor principal y se desvanecieron las chances de mantenerlo operativo.
El viaje de Axel demoró la definición en el Consorcio Portuario, donde Gabriel Felizia, el hombre designado por el ravertismo, no sabe si calzarse el traje de Presidente o el de Interventor para borrar de un plumazo el Directorio. Si revisa los nombres, el Gobernador tendría respaldo en sus argumentos para quitarle la caja a los puertos consorciados.
De los 11 miembros, a los intereses del Estado lo defenderían tan solo 3. El resto son referentes de cámaras armadoras, permisionarios y sindicatos, empleados de los empresarios. Más allá de la defensa que la CGT intenta del cuerpo asesor, en Provincia a Hernán Chale (Aduana) no saben en qué grupo incluirlo.
En realidad son sólo dos en el caso del Directorio marplatense porque el representante del Municipio es Pablo Ciceri, empleado de Astillero SPI. El lunes hubo nueva/última reunión pero estuvo ausente. Quizás fue la última oportunidad de pertenecer. Quizás el Intendente se arrepintió del decreto de designación.
No se perdió nada Pablo. Fue casi una reunión de despedida. Merlini se va sin adjudicar el servicio de vigilancia y monitoreo que licitó en febrero por casi 25 millones de pesos y el reclamo del prestador del servicio por actualizar la tarifa será una de las primeras medidas que deberá atender la futura autoridad.
La de contenedores de basura puede esperar porque los propios armadores rechazaron el proyecto oficial que contemplaba, según el Presidente de salida, una reducción de lo que pagan hoy por llevar los volquetes al puerto para guardar la basura que generan los barcos. En la gestión el Consorcio se quedaba con un 20%.
Otro empleado de Tettamanti, Miguel Sánchez, coleccionó imprecisiones frente al intendente Montenegro en la última reunión que convocó a industriales y comerciantes de UCIP, donde el jefe Comunal escuchó las necesidades más urgentes del sector.
Lo contó Ignacio Mesa en declaraciones al portal 223. “Hace como 15 años que el sector naval le pide al Consorcio Portuario por la Terminal de Contenedores», dijo el productor de té en saquitos. Es curioso que Sánchez pida por algo que ya existe en el puerto, más o menos, desde el tiempo que Mesa dice que lo reclaman.
Sánchez ha sido el mejor discípulo que Merlini tuvo en el Directorio y, tal vez, como tributo de despedida, se embarca en profundizar la grieta que lo/los separó con los operadores de la plazoleta de contenedores.
Salvo Cabrales, pocos más de los empresarios radicados en el Parque Industrial exportan o importan por el puerto local. Alguien debiera avisarle a Montenegro que el problema no es el actual operador ni es necesario que venga Murchinson, como propuso en una de las primeras reuniones de Gabinete, en sintonía con Merlini.
Esto no se resuelve con un cambio de fichas milagroso. Habría que sentar a todos los sectores y alentar el uso del puerto. El argumento contrario siempre es el mismo: nos sale más barato mandar por Buenos Aires. Moscuzza o Iberconsa, que definieron sacar todo por acá, creen que pierden plata. Arcor, que importa atún desde Ecuador, lo mismo?.
Es la carga, no el flete, no las navieras, quienes definen la ecuación. Mientras TC2 trata de conseguir una nueva opción –se reunieron con la naviera Happang Lloyds la semana pasada-, los cargadores desconocen la coyuntura. Piden que se amplíe algo que se achica.
El año pasado los contenedores rumbo al exterior que movieron los estibadores de Hipocoop se redujeron casi un 40% en relación al 2018. 76 mil toneladas no es atractivo para nadie. Eso movió Mar del Plata en el 2019.
La pesca tuvo caída de ventas y baja de precios. Lo único que aumentó fue el destrato y ninguneo de Merlini. El Consorcio habilitó la Terminal Portuaria de manera precaria y por un plazo que invita a desplegar un aluvión de inversiones: un año.