El balance de la reunión de la Comisión de Seguimiento de Langostino que reunió la semana pasada en la misma mesa a casi todos los actores de la pesquería, autoridades y científicos del INIDEP incluidos, cambiaba de tono y color según la fuente que contaba los detalles más jugosos.
Quedó sobre la superficie una vieja disputa que se renueva todos los años: la puja de las provincias patagónicas contra la flota fresquera de Buenos Aires para acortar la temporada de pesca en aguas nacionales lo máximo posible.
Desde la cámara que agrupa a la flota de Rawson pidieron que la temporada se extienda no más allá del 1 de octubre. Mientras tanto ellos pueden operar gran parte del año en zona de veda de merluza y durante el desove del langostin en primavera sin restricciones.
El año pasado la zafra en Nación se extendió bien entrado el mes de noviembre y según han reportado desde el INIDEP, son esas semanas cuando comienza a declinar las capturas de langostino y en las redes aumenta la presencia de merluza como by catch, o pesca incidental, la cual se descarta.
A partir de los datos de las últimas campañas de investigación que confirmaron un retardo en el desarrollo de la población juvenil. hubo coincidencias en la necesidad de demorar el inicio de la zafra para esperar a que el langostino crezca y por lo tanto, aumente su valor comercial.
El año pasado la actividad en jurisdicción nacional comenzó en la segunda quincena de mayo con la prospección de la flota comercial. Ahora la propuesta que cosecho más adhesiones no asoma como muy precautoria que digamos: demorar la prospección para junio y de acuerdo a los resultados, habilitar antes del 10.
El problema que tiene el pedido de las cámaras para aumentar la cantidad de buques en la prospección de modo de ampliar el área a relevar y habilitar la zona que sugiera el INIDEP, es que la Subsecretaría de Pesca no cuenta con suficientes Observadores para reportar la actividad de los barcos.
Más allá de la coincidencia de retrasar el comienzo de temporada, todavía faltan acuerdos sobre temas vitales de la pesquería. Bajar el nivel de by catch y utilizar artes de pesca con dispositivos de selectividad para evitar la captura de juveniles, que ya ni siquiera son un objeto de decoración arriba de los barcos porque no los suben, son debates a los que le falta profundidad y decisión política.
También habrá que estar atentos a los pedidos de reformulaciones que de aprobarse implicarían aumentar el esfuerzo pesquero sobre un langostino que ya muestra señales de agotamiento.
Solimeno tiene en gateras al Rasmus Effersoe, al cual ya ajustó la eslora. Ahora que compró el permiso del Sirius de Loba Pesquera, con permiso “irrestricto”, muchos piensan que puede transformarse en otro “Acrux”.
El de Tony no es el único caso. Vamos a extrañar las quejas de Sebastian Agliano sobre la ejecución del presupuesto del INIDEP para reparar los barcos de investigación que interrumpieron la agenda de campañas. El referente de la Asociación de Embarcaciones de Pesca Costera también espera la decisión del Consejo, como otros armadores amarillos para sumarse a la bonanza del langostino.
Mientras tanto Agliano suma millas dentro de la comitiva pesquera que, invitados por el rabino Bergman, recorrieron en los últimos días santuarios marinos en las costas de Australia con la idea de empaparse del proceso conservacionista y replicarlo con forma de Áreas Marinas Protegidas en al Mar Argentino.
Australia cuenta con la mayor red de reservas marinas del mundo. Más de un tercio de las aguas australianas que albergan especies como tiburones, ballenas y atunes, están progegidas por la legislación, según reflejó un artículo de Ocean Sentry.
Los resultados para la pesca comercial parecen haber sido catastróficos. El año pasado el primer Ministro, Malcom Turnbull reconoció que evaluaban permitir la pesca en el 80% de sus santuarios.
El objetivo del Ministerio de Medio Ambiente es que el 10% de nuestro mar tengan algún tipo de restricción para el año que viene, mientras que el sector mira con recelo el avance conservacionista y apunta a intereses ocultos de la pesca de cultivo contra especies salvajes. Si mostraran mayor preocupación por la conservación de dichos recursos al momento de capturarlos y/o descartarlos, tal vez el discurso sonaría más convincente.
El contacto con la biodiversidad australiana privó a Agliano de participar de la primera reunión del nuevo Directorio del Consorcio Portuario. El otro que no estuvo es Carlos Ronda, el intendente de Mar Chiquita, pero todavía no fue designado oficialmente.
El grupo de whatsapp creado por el Presidente del Consorcio con los miembros del cuerpo de asesores tuvo altas y bajas el martes por la mañana. De eso pudo dar fe María del Carmen Suárez de Sato, Ignacio Amestoy, los recién llegados en reemplazo de los “eliminados” Emilio Bustamante, Carlos Sepúlveda y Darío Sócrate, otro en comitiva en tierra de los canguros.
Lo primero que hicieron en la primera reunión del martes fue aprobar el presupuesto del 2018. Por unanimidad. Con la anterior composición Merlini hubiese tenido algún dolor de cabeza. Bustamante y Sócrate, a veces junto con Rivera, eran de los pocos que objetaban las medidas que el Presidente del Consorcio decidía en soledad. En las últimas reuniones Sepúlveda hasta se había animado de pedir que se publiquen las actas. La toma del Consocio, en marzo pasado, selló su suerte.
Con los nuevos cambios y a juzgar por la aprobación express del presupuesto y los estados contables del año pasado, el de la pérdida del código PBIP y el auxilio financiero de 20 millones a la Provincia, el Directorio se convertirá en una escribanía de Merlini.
El viejo directorio tenía mandato vencido desde el 31 de octubre pero sale de escena en un momento singular. Tras el fracaso de la licitación del predio de los predio de los silos y el muelle 3 y la incógnita que encierra el futuro de la terminal portuaria en el muelle 2.
Bustamante ya no estará para defender sus intereses. El gerente de TC2 ni siquiera mandó los papeles para renovar pero si Merlini le daría trascendencia al movimiento de carga en contenedores podría haber pedido otro representante del mismo sector. En cambio de suman los despachantes de aduana, simples intermediarios en la cadena logística.
Foto: Mar y Pesca